Este proyecto, gestado en la materia UTULAB del 3er BT de Informática (generación 2025) de la Escuela Técnica de Trinidad, está hecho para ustedes. ¡Ojalá la disfruten!
¿Te hartaste de ser el pintado en las reuniones familiares cuando el truco se pone bueno?
¿De ver a tus tíos, primos y amigos gritar "quiero retruco" mientras vos no entendés ni jota? ¡Basta de mate amargo, che! Esta página es para quienes quieren dejar de mirar para el costado y empezar a jugar.
Dejá de ser el que ceba los mates y no liga ni una carta. Acá te vamos a enseñar a jugar a este jueguito como se debe, para que en la próxima reunión no solo te prendas, sino que tires un "¡Contra Flor al Resto!" y dejes a todos con la boca abierta.
¡Arrancá con nosotros y preparate para repartir juego!
Todo truquero de ley conoce el tacto de una baraja española, el sonido del mazo al mezclarse y el peso de una buena pieza en la mano. Pero, ¿de dónde vienen esas cartas que definen cada mano, cada flor y cada partida? La historia de la baraja española es tan rica como el propio juego, y su adaptación en Uruguay es lo que le da al truco su carácter único.
Aunque los naipes llegaron a Europa desde Oriente, fue en España donde, a partir del siglo XIV, echaron raíces profundas. Los cuatro palos que hoy cantamos en el envido —oros, copas, espadas y bastos— representaban originalmente a los estamentos de la sociedad medieval: la burguesía, el clero, la nobleza y el campesinado, respectivamente.
El diseño que se convirtió en un ícono mundial fue obra del maestro impresor Heraclio Fournier, quien en 1870 presentó una versión estilizada y litografiada de la baraja. Su creación no solo ganó premios internacionales, sino que se transformó en el estándar que llegó a Uruguay y que hoy es inseparable de nuestra cultura de juego.
El truco uruguayo no sería el mismo sin la particular forma en que utiliza esta baraja. Para empezar, jugamos con un mazo de 40 cartas, retirando los ochos y los nueves. Esta simple modificación es el punto de partida para un sistema de jerarquías que pone a prueba la astucia y la memoria.
Para quienes deseen explorar más a fondo la historia y las reglas que dan vida a nuestro juego, aquí dejamos los enlaces a las fuentes utilizadas:
El mate viene de los guaraníes, pero acá se volvió costumbre de todos los días. Cada uno con su termo bajo el brazo, cebando amargo, en el laburo, en la rambla o en casa. No es solo tomar, es compartir, charlar, hacer una pausa.
entre amigos, en la familia, con un poco de verso, señas y risas. Se juega mientras se toma mate, y juntos arman ese ritual que nos junta, nos hace sentir en casa y nos muestra tal cual somos: sencillos, vivos y bien compañeros.